Las ciudades constituyen los motores de la economía europea, puesto que proporcionan trabajos y servicios, y actúan como catalizadores de la creatividad y la innovación en toda la UE.
Sin embargo, también son los lugares donde se concentran problemas persistentes, como la desocupación, la segregación y la pobreza, además de las presiones medioambientales más intensas. Por consiguiente, las políticas emprendidas en relación con las áreas urbanas tienen una gran importancia para la UE en su conjunto.
Los grandes retos a los cuales se enfrentan las zonas urbanas – económicos, medioambientales, climáticos, sociales y demográficos – están interrelacionados y el éxito del desarrollo urbano solo puede conseguirse a través de un enfoque integrado.
De aquí viene que las medidas que conciernen a la renovación física de las ciudades tengan que combinarse con medidas que promuevan la educación, el desarrollo económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente.
El desarrollo de una sólida cooperación entre los ciudadanos locales, la sociedad civil, la economía local y los diversos estamentos gubernamentales constituye un elemento indispensable.
La combinación de las capacidades y el conocimiento local es esencial para identificar soluciones compartidas y conseguir resultados sostenibles y debidamente reconocidos.
La identificación de respuestas eficaces a estos retos será crucial para conseguir la sociedad inteligente, sostenible e integradora prevista en la Estrategia Europa 2020.